El día 3 de diciembre de 1888 en la ciudad de Punta Arenas Monseñor Giusseppe Fagnano junto a Madre Angela Valesse fundaron esta maravillosa familia de las Hijas de María Auxiliadora, en Chile, cuando nuestro país era gobernado por el Presidente José Manuel Balmaceda y los tiempos de revolución y crisis muy profunda eran la tónica del momento Y, a poco correr el tiempo, 1895, se proyectaba una tarea tan enorme que fue necesario dividir la Inspectoría de San Miguel Arcángel en dos, entre otras razones, por la distancia enorme desde Punta Arenas a Santiago. Así será, la Inspectoría de San Gabriel Arcángel, con sede en la capital del país a cargo de Sor Lucía Martínez, la cuna de nuestro “José Miguel Infante”.
Distintos hitos cronológicos como son la fundación de la casa de San Miguel, en 1893, Santa Teresita en Talca e Iquique, en 1900, Sagrada Familia en Punta Arenas nos permiten comprender que 1908 será para nuestro colegio un año muy relevante.
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La Iglesia Católica estaba inserta en un proyecto general de evangelización y catequesis en todo el mundo. Por cierto América y Chile entre ellas... Los siglos XVIII y XIX son épocas de prolífica evangelización de Congregaciones religiosas, preferentemente italianas, los Salesianos, entre ellas, que son traídas al país a expresa petición de Don Bosco luego de los contactos realizados por José Domingo Cañas y Miguel León Prado.
Si sólo pensáramos por un segundo lo distinto del paisaje humano y geográfico del entorno que hoy tenemos entre las calles Mapocho, Brasil, Almirante Barroso y General Mackenna podremos reconocer el sacrificio y la entrega ilimitada de amor y apostolado de las primeras hermanas que formaron la Comunidad del “José Miguel Infante”. Nada de lo que hoy tenemos existía. Todo era sacrificio, dedicación, carencia, voluntad, apostolado, misión.
100 años de cambios significativos, nos hacen perder la perspectiva de tanta entrega y bondad. Por ello recordamos a Sor María Catelli, la primera Directora, quien, iluminada por la Auxiliadora no se imaginó la enorme proyección de lo que en principio era la Sociedad de Educación y Habitación para obreros, subdividida en distintas instancias. Allí estaban como un todo los siguientes lugares:
- Escuela Profesional Bernardo O”Higgins
- Escuela Superior Talleres Mapocho (para niños)
- Escuela Superior Bernardo O”Higgins (para niñas)
- Oratorio Festivo y … por supuesto
- El Liceo “José Miguel Infante”.
Director General de todas las Obras era Monseñor José Horacio Campillo, Arzobispo de Santiago, un personaje muy singular que, desde los inicios de esta casa obra está ligado en forma muy estrecha con el camino realizado por nuestro Liceo. Su obra central será la construcción de lo que nosotros llamamos Capilla Grande que, en rigor, es un templo con rango de Basílica erigido en homenaje a la Santísima Virgen de la Inmaculada Concepción luego que, Monseñor Campillo, junto a un grupo de jóvenes sufriera, en Cartagena, un desastre en el mar un 8 de diciembre y, cumplir con su palabra de hacerse sacerdote si era salvado de las aguas que cobraron varias vidas humanas. En una hermosa ceremonia, el año 1914, cumplía su promesa y en el altar mayor está representado el hecho histórico. De allí el mar y las rocas bajo los pies de la Santísima Virgen.
Avanza el tiempo y, en lo educativo será nuestro Liceo el que marque pautas en el devenir de sus beneficiarios. Se menciona este hito porque el año 1917 el Ministerio de Educación le otorga un privilegio especial al reconocer sus calificaciones o notas y los exámenes como válidos. Fue el primer Colegio, entre los particulares de todo Chile, en recibir esta distinción.
Será el año 1985, uno de profunda significación en la vida del Liceo “José Miguel Infante”. No podemos olvidar el violento terremoto que en los primeros días de marzo, poco antes de comenzar las clases, se hizo sentir en Chile Central. Dicho movimiento sísmico, marcó un antes y un después en la vida de nuestro Liceo. Quiso la divina Providencia que 2 días antes de aquel episodio la Congregación “Instituto Hijas de María Auxiliadora” recibiera del Arzobispado la Misión de quedarse con esta Obra. Fue, a no dudarlo, otra situación especial más para poner a prueba la tenacidad, la capacidad y el trabajo de las Hermanas. ¡¡ Cómo se ha escrito nuestra historia!!. Todo habría sido distinto de no ser por tan desgraciado hecho natural. A poco andar, en 1988 se entrega el actual edificio que formado por 2 alas, estructuró lo que conocemos como el actual “Liceo José Miguel Infante”, orgullo de tantas generaciones que vivieron todos estos acontecimientos personalmente y recuerdan con nitidez tantos detalles difíciles de olvidar.
Decir que en 100 años, nuestro Liceo ha dejado una huella imborrable en miles de personas no es exagerado. No lo es, porque fueron muchas las Hermanas que pisaron este espacio iluminado por la gracia de la Auxiliadora.
Hoy en la actualidad nuestra comunidad educativa-pastoral cuenta con una familia formada por un total de 1034 alumnas, 12 Hermanas religiosas, 42 educadores y 25 asistentes de la educación y administrativos, que trabajan diariamente para dar vida y hacer realidad el sueño de Don Bosco y la visión evangelizadora de Madre Mazzarello, nuestros co- fundadores. Educar y evangelizar a las niñas, con especial preferencia a las excluidas y marginadas, a través de una gestión educativa con estilo salesiano de animación circular creando ambiente de familia y reciprocidad para formar “buenas cristianas y honestas ciudadanas”.
* Adaptación de Discurso Centenario LJMI.
