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Pastoral Familiar de Santiago festejó a niños de centro abierto en Lo Prado
- Por Sor Susana Diaz
- En: Noticias provinciales
- Publicado 15 Ago 2015
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La Delegación para la Pastoral Familiar del Arzobispado de Santiago se sumó a las celebraciones del Día del Niño visitando el Centro Abierto Laurita Vicuña de las hermanas Hijas de María Auxiliadora, donde alrededor de 40 menores, de entre 6 y 16 años, asisten por las tardes para reforzar las materias de los colegios, participar en talleres, tomar once, jugar y hacer amistad en un espacio seguro.
El lunes 10 de agosto, la delegación llevó un festivo saludo, con una entretenida presentación de cuentacuentos, golosinas y torta, además de compartir con las niñas y niños, quienes les recibieron con alegría y gran calidez, de igual forma que las tías y religiosas responsables del centro.
José Manuel Borgoño, delegado episcopal, expresó que el sentido de celebrar a los niños se basa en que ellos “son el futuro, el regalo que el Señor nos va haciendo cada vez, pues nuestras vidas se van renovando siempre a través de los niños, porque son quienes están más cerca de Dios, recién han venido de Él, trayéndonos mensajes de Dios, a través de su sonrisa”.
“Los niños dan la alegría y comunican al mismo Dios que llega a cada una de nuestras familias. Por eso nosotros tenemos que cuidarlos y tenemos que aprender de ellos también. Como Jesús decía, hay que ser niño para entrar en el Reino de los Cielos, hay que ser como ellos, confiados como ellos en el padre Dios, y por eso también estamos tan contentos de venir a este centro, donde se les cuida y pueden aspirar a cosas grandes, desarrollando su potencial, en este lugar donde ellos pueden ser ellos mismos y ser el centro de la atención”, remarcó.
Sor Iris Astudillo, directora del centro, expresó que las visitas siempre son bienvenidas, pero que más “gozosas son cuando quienes vienen hacen presente al Señor”. “Si bien hay niños de otras confesiones y algunos de los más grandes se definen como ateos, nosotras también buscamos desarrollar su parte espiritual, evangelizar y hacer presente al Señor. Así que cuando viene gente que comparte nuestros valores, nuestra fe, nosotras gozamos también porque los chicos ven que no somos las únicas bichas raras que hablamos de Jesús, sino que hay otra gente también, tan normal como ellos, lo hace”, comentó.
Sobre las necesidades del centro, expresó que en lo material hoy cuentan con un proyecto de Cuaresma Fraternidad que cubre la merienda diaria y talleres. Sin embargo, requieren más manos para entusiasmar a los chicos y evitar así que las horas que no están en el colegio las pasen en la calle o solos en sus casas.
“Necesitamos sobre todo personas voluntarias, en juegos, en tareas, en talleres creativos y atractivos, compartir testimonios de vida, para que los niños y jóvenes vean y aprendan otras maneras de resolver conflictos, que se entusiasmen, porque como es un centro abierto ellos vienen solo porque les gusta, no hay matrícula, no hay compromiso alguno”, señaló.
Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl