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Jóvenes del Cono Sur y Bélgica vivieron el Proyecto de Espiritualidad Misionera Juvenil en Junín de los Andes
- Por Periodista
- En: Noticias provinciales
- Publicado 16 Dic 2025
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Entre el 1 y el 6 de noviembre de 2025 se llevó a cabo el Proyecto de Espiritualidad Misionera Juvenil (PEM) en Junín de los Andes, Argentina. Este encuentro reunió a jóvenes del Cono Sur de América y Bélgica, creando un verdadero espacio de comunión, diversidad y fraternidad.
Por nuestra provincia participaron Sor Alejandra Toro, Benjamín Barra, Francisca Olivares, María Elisa Quezada, Paulina Rivas y Benedic Verbeeren, jóvenes provenientes de distintas comunidades de nuestra inspectoría. Mencionamos de manera especial a Sor Cecilia Sánchez, quien formó parte del equipo organizador y actualmente anima el ámbito de las misiones en nuestra inspectoría.
Durante el PEM vivimos una experiencia misionera que nos invitó a reconectarnos con la vida, el espíritu y el servicio de las primeras hermanas misioneras que llegaron a América. Esta vivencia significó para cada uno de nosotros un profundo retorno a las fuentes del carisma.
Fue un tiempo privilegiado para reencontrarnos con Dios y fortalecer nuestra fe en un ambiente familiar y profundamente salesiano. El compartir con jóvenes de diversos países nos permitió descubrir nuevas miradas, abrir el corazón y reconocer la presencia del Señor en cada historia y cada encuentro. Esta experiencia nos ayudó también a profundizar en nuestra relación personal con Dios: un camino interior que iluminó nuestra vida, renovó nuestro espíritu y nos permitió redescubrir el sentido que Él da a cada vocación.
Regresamos agradecidos a Dios y a la Virgen por la oportunidad de vivir este momento de gracia, que fortaleció nuestro espíritu misionero y nos animó a seguir sirviendo con alegría, cercanía y esperanza.
Un momento para reconectar con Dios y con mi fe de forma intensa y única.
Un espacio de familiaridad, carismático y de encuentro con el Señor por medio de las distintas experiencias.
Fue una experiencia que me movió por dentro. No sólo aprendí sino que también me permitió explorar espacios personales de mi relación con Dios.
Una experiencia profundamente transformadora. Me permitió reencontrarme conmigo misma y redescubrir el sentido personal que Dios le da a mi vida, agradeciendo los dones y posibilidades que Él me regala cada día. Renové mi vocación pedagógica desde el amor, entendiendo que todo acto de servicio nace de un corazón dispuesto a entregar alegría, cercanía y esperanza. Aprendí que servir con jovialidad es dejar que el amor sea siempre la fuerza que me mueve, evitando la indiferencia y el cansancio del alma. El PEM me recordó quién soy, para quién soy y desde qué lugar quiero seguir caminando.
Una semana de alegrías que trascendió fronteras.
Este momento fue una oportunidad única para reconectar con Dios y fortalecer nuestra fe en un espacio familiar y carismático, que facilitó una conexión profunda con el Señor,a través de compartir diversas experiencias con las y los jóvenes que participaron. La vivencia nos permitió también explorar nuestra relación personal con Dios. Fue una experiencia transformadora que nos ayudó a reconectar con nosotros mismos y a redescubrir el sentido que Dios da a nuestra vida, valorando sus dones y renovando nuestra vocación pedagógica desde el amor y el servicio, entendiendo que actuar con alegría y cercanía es fundamental para evitar la indiferencia y el cansancio del alma.
En resumen, el PEM me recordó mi identidad, mi propósito y el camino que deseo seguir, culminando en una semana de alegrías que trascendieron fronteras.