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DMA Enero - Febrero 2012
- Por Sor Susana Diaz
- En: Ámbito Comunicación Social
- Publicado 01 Feb 2012
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Tengo la alegría de introducir una temática que llevo particularmente en el corazón. Memoria y profecía es el tema del año 2012 que Da mihi animas entiende proponer. Hacer memoria sabe de raíces, de orígenes. Para nosotras son los orígenes carismáticos. La vida crece en el pasado y está empastada de novedad, de retos y oportunidades inéditas. Ser fieles a los orígenes es reactualizar el carisma, poner los colores al diseño esbozado por Don Bosco y concluido al femenino por Madre Mazzarello.
Hacer memoria es actitud propiamente eucarística. Jesús confía a la memoria la celebración de su misterio de muerte-resurrección en la espera de su venida.
Ningún futuro sin raíces. Los jóvenes hoy parece que han perdido la memoria y han extraviado la necesidad de situarse en el camino de las generaciones precedentes. Viven un poco como desarraigados e indecisos y esto les vuelve inquietos, inciertos en el asumir compromisos para el futuro. Una situación que podría concernir también a nuestras comunidades. Si nos alejamos de la fuente ya no logramos colocarnos en la genealogía de personas que han construido el presente.
Edificar bien el hoy es preparar el futuro de los jóvenes.
Vivir la profecía es ser fieles a Dios que nosacompaña a lo largo del tiempo, es memoria que se proyecta en el futuro, obediencia en el amor que se hace escucha de personas, acontecimientos, situaciones que continuamente nos interpelan.
La profecía está presente desde nuestros orígenes. Adaptarse, desarrollar, mirar hacia delante no es sólo un imperativo de nuestro tiempo. Es la historia de cada vida humana que no se contenta con ser repetitiva, sino que busca captar la novedad en las vicisitudes que Dios a través de las circunstancias diseña para ella.
Este año tienen lugar los 140 años del Instituto y en el recuerdo surge su camino de santidad, que es fidelidad creativa. María Dominica ¡cuántos cambios tuvo que afrontar en su vida! Pudo hacerlo porque rodaba en torno a un centro en grado de unificar las distintas experiencias; la llamada misteriosa – A ti te las confío – era principio organizador que ha iluminado de sentido los cambios y ha facilitado su integración armónica.
Hoy también somos llamadas a ser fieles a la historia, a un pasado de santidad que es premisa para un futuro rico de esperanza. Dialogar, escuchar, proyectar, narrar, volver a apasionarnos; son verbos que con humildad y audacia queremos conjugar en el hoy histórico que se nos da para vivir. Las páginas del DMA nos ayudarán a hacerlo.
Madre Yvonne Reungoat