Noticias
Nuevo aniversario de la Pascua de Laura Vicuña
- Por Sor Susana Diaz
- En: Noticias provinciales
- Publicado 27 Ene 2015
- Visto: 15005
El Santuario Laura Vicuña, ubicado en Cerro Colorado de la Comuna de Renca, se vistió de fiesta el 22 de enero para celebrar un nuevo aniversario de la Pascua de Laura Vicuña, la niña “que encontró a Jesús”. Así la destacó Monseñor Ricardo Ezzati, el Cardenal Arzobispo de Santiago, quien presidió la Eucaristía, a la que asistieron familias de diversos sectores; los que agradecieron contar con una niña que es ejemplo a seguir por las niñas, niños y jóvenes de hoy.
La vida de Laura Vicuña es tremendamente actual, vivió la violencia intrafamiliar, fue emigrante, aún en su lecho de muerte su cabeza nunca se apoyó en algo propio. Pero ofreció todo a Dios, por amor.
Laura Vicuña nació en Santiago de Chile el 5 de abril de 1891. Hija de José Domingo Vicuña y de Mercedes Pino. Fue bautizada en la parroquia Santa Ana, en Santiago, el 24 de mayo de 1891. Su familia se trasladó a Lautaro, ciudad cercana a Temuco, en la que vivió entre los años 1891 y 1899. Junto a su madre y a su hermana, Julia Amanda, viajaron a Junín de Los Andes (Argentina). Al poco tiempo, su madre llega a trabajar en la hacienda de un hombre del lugar llamado Manuel Mora, con el que comienza una relación.
Su asistencia a las clases, el apoyo y la amistad que encontró en el colegio de las Hijas de María Auxiliadora, fueron fundamentales para que Laura fuera formando, dentro de sí, ese espíritu de Amor a Dios, por sobre todas las cosas, que se combinaba al mismo tiempo con una gran fortaleza y valentía que fueron creciendo hasta hacerse más importantes en los duros momentos por los que pasó en su infancia.
Laura se ganó el cariño y reconocimiento de sus compañeras y de sus maestras. Era reconocida no sólo por su inteligencia y capacidad para aprender, sino por su disposición para enseñar y para ayudar a los demás. Solía invitar a todos a visitar a Jesús y a sus compañeras a imitar a María. Sin embargo, vivió la violencia intrafamiliar, el abandono y fue emigrante. Todo esto la instó a orar con más fuerza a Dios por la conversión de su madre y de todos aquellos que, de una u otra forma, ofenden o se alejan de Dios.
Laura, siempre demostró una especial cercanía con la Virgen María, a quien constantemente se dirigía, pidiendo por todos, en especial, por su madre.
Laura se inscribió y participó entre las Hijas de María Inmaculada, asociación cuya finalidad principal es imitar a María Santísima y vivir en pureza, evitando todas las ocasiones que la pudieran empañar.
Existen muchas frases que han sido destacadas por distintas personas que la conocieron. Por ejemplo: “María Santísima es mi fuerza y mi alegría”, “María es mi Madre. No hay nada que me haga más feliz que pensar que soy hija de María”, “Si Jesús, el Buen Pastor dio su vida por todos… ¿quién me impedirá dar la vida por mi madre?”.
El gran amor y entrega absoluta a Dios de parte de Laura, hace que su madre, Mercedes, se dé cuenta de los errores que ha cometido, reconciliándose con Dios y pidiendo perdón a su hija. Laura Vicuña muere el 22 de enero de 1904, a la edad de 13 años, y fue beatificada en Turín, el 3 de septiembre de 1988, por el Papa Juan Pablo II.
Sus restos mortales descansan en Bahía Blanca, Argentina. Además, existe un Santuario donde se venera a Laura Vicuña, en Junín de Los Andes.
En el año 2.000 se inauguró un hermoso Santuario y Centro de Espiritualidad dedicado a Laura Vicuña, el que se encuentra ubicado en el Cerro Colorado, comuna de Renca, Santiago de Chile.
Fuente: Comunicaciones Funcación Beata Laura Vicuña
Fotografías: www.iglesiadesantiago.cl