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5 de agosto: evento de gracia y de comunión
- Por Sor Susana Diaz
- En: Noticias provinciales
- Publicado 05 Ago 2014
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Roma (Italia). Es día de memoria y día de futuro, como lo fue el 5 de agosto de 1872. Día de agradecimiento y de fidelidad. Seguras de estar guiadas por la fidelidad de Dios proyectamos hacia adelante con esperanza.
La Madre general de las Hijas de María Auxiliadora, sor Yvonne Reungoat, en tal ocasión ha enviado a todas las FMA del mundo, su mensaje augural.
«Queridísimas hermanas,
Me dirijo a vosotras en el día en que celebramos el aniversario de fundación del Instituto hace 142 años. Este año la fiesta tiene un tono de particular intensidad porque precede unos días al inicio oficial del año Bicentenario del nacimiento de don Bosco, Fundador de nuestro Instituto junto a la Madre Mazzarello. El 5 de agosto es para nosotras como una puerta que se abre en este año de celebración como una etapa luminosa de gracia y de alabanza al Señor.
Este aniversario trae a la mente el discurso de don Bosco a las primeras profesas FMA. Os invito a releerlo: nos hablará de una nueva forma del "sueño" del Fundador sobre nuestro Instituto.
De las palabras de don Bosco pronunciadas en aquella circunstancia podemos tomar su idea originaria al dar vida a una nueva Familia religiosa en la Iglesia.
Dejemos que el corazón exulte de agradecimiento al Señor por haber dado a la Iglesia, a la Congregación salesiana, a nuestro Instituto y a toda la Familia salesiana un Padre Fundador Santo. El carisma que el Espíritu le ha confiado suscita hoy todavía simpatía y admiración donde quiera que sea, incluso en personas pertenecientes a otras confesiones religiosas, como atestigua el paso de la urna.
Queremos también agradecer a don Bosco por haber acogido la llamada de Dios y de María Auxiliadora a fundar nuestro Instituto y por haber asumido con ánimo todas las fatigas que esta fundación conllevaba. Él supo reconocer en María Dominica Mazzarello el germen de santidad presente en ella y expresó en sus confrontaciones una confianza ilimitada. Del encuentro espiritual entre nuestros santos Fundadores surgió una gran comunión carismática.
Pienso que la mayor celebración del evento bicentenario es acoger la llamada a renovar la fidelidad a la identidad carismática del Instituto, tanto a nivel personal, como comunitario para ser expresión del gracias de don Bosco a María Auxiliadora. María es casa para la Humanidad. Mirando a ella podemos ser junto con los jóvenes casa que evangeliza y a hacer verdaderas con nuestra vida las palabras: "Esta es mi casa de la que sale mi gloria".
Auguro que este año marque para todas el compromiso de una mayor fidelidad a Dios y a la misión educativa, mediante una presencia más intensa y real en medio de los jóvenes, especialmente los más pobres. El compromiso renovado para la misión será así la expresión de nuestro agradecimiento a Dios y a don Bosco en el clima del Capítulo general XXIII, tiempo de gracia y de renovación. Las jóvenes y los jóvenes de todo el mundo desean encontrar en nosotras Hijas de María Auxiliadora que caminamos junto a ellos hacia la santidad salesiana.
En la circular coral n. 947 invitamos a vivir el CG XXIII como significativa oportunidad para verificar nuestra fidelidad a don Bosco, para reflexionar si estamos realizando su "sueño" y preguntándonos cómo podemos hacer resplandecer hoy aquel Monumento viviente de agradecimiento a la Auxiliadora que él ideó fundando nuestra Familia religiosa. El gracias a María, continuamente renovado, requiere ser como Ella, mujeres del Magníficat.
En el Instituto actualmente hay 4 Inspectorías y 82 comunidades que tienen a don Bosco como Patrono especial. Es deseable que el bicentenario pueda celebrarse con especial esmero en estas realidades, involucrando al mayor número de personas e intensificando la oración por las vocaciones.
También hoy don Bosco sigue atrayendo a las nuevas generaciones y quiere compartir con ellas su sueño y su misión. Deseo que no sólo en estas comunidades, sino en todas las comunidades educativas del mundo salesiano el espíritu de don Bosco, sintetizado en la frase da mihi animas cetera tolle y en el Sistema preventivo, encuentre colaboradores /colaboradoras comprometidos en actualizarlo hoy.
Me parece importante a propósito de esto, dar las gracias al que representa a don Bosco como su décimo sucesor: el Rector Mayor, don Ángel Fernández Artime. En continuidad con don Pascual Chávez Villanueva que lo ha precedido en esta misión, él pide a toda la Familia salesiana que viva como don Bosco con los jóvenes y para los jóvenes, asumiendo vitalmente su herencia espiritual, a cultivar un corazón pastoral para salir al encuentro de los jóvenes, sobre todo los más pobres.
En esta óptica, junto a los Salesianos, se podría reflexionar a lo largo del año sobre cómo podemos profundizar en la espiritualidad juvenil salesiana y cómo relanzarla junto a los jóvenes, a otros jóvenes.
Os invito a despertar la creatividad para verificar cómo asumir con nueva consciencia la herencia carismática de don Bosco, hoy, determinando pasos concretos y comunicándonos las iniciativas.
Que María Auxiliadora, colaboradora del Espíritu Santo al suscitar el carisma salesiano, nos ayude y nos acompañe en el camino. Ella bendiga nuestro Instituto y toda la Familia salesiana, las comunidades educativas y, en ellas, a los jóvenes, pupila del corazón de don Bosco. Le damos gracias porque estamos seguras que Ella se pasea continuamente en cada una de nuestras casas.
A todas deseo una hermosa fiesta del 5 de agosto: desde Mornese estoy especialmente unida a vosotras.
Os saludo con gran afecto y agradezco a todas las hermanas que me han enviado sus felicitaciones para la ocasión».