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Santidad: expresión de una vida vivida en la fe y en la fecundidad apostólica
- Por Sor Susana Diaz
- En: Ámbito Familia Salesiana
- Publicado 02 Nov 2012
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(ANS - Roma) - Le pedimos a don Pierluigi Cameroni, Postulador General de la Causa de los Santos de la Familia Salesiana, que nos ofrezca una breve reflexión en preparación para la solemnidad de Todos los Santos. Una memoria que se traduce en el conocimiento y la narración de la vida y la experiencia de los hombres y mujeres que vivieron en plenitud el Evangelio.
La solemnidad de Todos los Santos se caracteriza este año por un tiempo especial de gracia que la Iglesia está viviendo con el Sínodo sobre la Nueva Evangelización y la transmisión de la fe concluido hace unos pocos días, y el Año de la Fe, anunciado por el Papa Benedicto XVI e iniciado el pasado 11 de octubre.
La santidad es la expresión concreta y madura de una vida vivida en la fe en Dios y la condición indispensable de fecundidad apostólica y evangélica. Los santos son personas que han conocido al Señor Jesús, que creyeron en Él y se dejaron guiar y modelar por su Espíritu, haciendo brillar a la Iglesia de belleza y luz. La llamada universal a la santidad, solemnemente afirmada por los documentos del Concilio Vaticano II - y particularmente valorada en nuestra tradición inspirada en las enseñanzas de San Francisco de Sales y la pedagogía de nuestro padre Don Bosco – nos impulsa a promover experiencias accesibles y buenas prácticas que ayuden especialmente a las familias y a los jóvenes a conocer a Jesús. Como comunidades y, en ellas como discípulos del Señor, estamos llamados a la santidad de la vida para que en nuestro tiempo la esperanza del evangelio cruce la existencia de todos aquellos a quienes el Señor nos confía.
La Familia Salesiana cuenta con un patrimonio inestimable de santidad, que se muestra en las vidas de nuestros santos, beatos, venerables y siervos de Dios, cuya memoria y narrativa es un instrumento privilegiado de la nueva evangelización que hemos de valorizar a través de un conocimiento serio, una imitación ejemplar y una invocación en común.
En particular, señalamos el testimonio sacerdotal y la riqueza del pensamiento teológico del venerable don Giuseppe Quadrio, en ocasión del convenio dedicado a él, que se celebrará el próximo10 de noviembre en Turín-Crocetta, y durante el cual será bendecida la nueva ubicación donde descansan sus restos mortales. En un momento en que debemos humildemente reconocer la pobreza y la debilidad de los discípulos de Jesús, especialmente de sus ministros, el testimonio evangélico y radiante don Quadrio es un gran don para toda la Iglesia de Dios.
Damos gracias, también, por la próxima beatificación de Sor María Troncatti, Hija de María Auxiliadora, misionera en la selva de la Amazonía ecuatoriana, que tendrá lugar el 24 de noviembre en Macas (Ecuador). Su testimonio singular de fe y evangelización de los indios ayudaron a dar un rostro a la dignidad de la persona y a la construcción del bien común, a través de diversas formas de servicio caritativo y la creación de una cultura humanista inspirada en el Evangelio y el sistema educativo de Don Bosco y Madre Mazzarello.