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Formación permanente - "Vida que genera vida"
- Por Sor Susana Diaz
- En: Noticias provinciales
- Publicado 20 Dic 2013
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El 16 de diciembre, con el fin de mirar la propia experiencia en el tiempo que el Señor nos regala vivir, y porque queremos seguir siendo esa Casa del Amor de Dios en cada una de nuestras comunidades, nos hemos reunido un grupo de 22 hermanas mayores y "con años de sabiduría", de diferentes comunidades de Santiago y Molina en la casa de Algarrobo.
Fue un día muy especial "... un regalo que el Señor nos regaló como momento privilegiado de crecimiento y fraternidad, donde rezamos juntas y reflexionamos en vistas a seguir caminando a la santidad, con propuestas para el año 2014.
Cantamos, comimos rico, disfrutamos el paisaje y el buen aire, la alegría y la fraternidad, pero sobre todo nos encontramos para reflexionar y rezar juntas, dando gracias al Señor por todo lo que nos ha regalado a lo largo de nuestra vida y nos sigue bendiciendo con múltiples dones.
La base de la reflexión fue la experiencia de nuestras primeras hermanas. Las actuales Constituciones afirman que "La primera comunidad de Mornese sigue siendo para nosotras estímulo y aliento a hacer de nuestra comunidad la "casa del amor de Dios", en la que las jóvenes se sientan acogidas y donde la vida de cada día, vivida en la alegría y la caridad, prolongue el "Magníficat".
Es decir, estemos llamadas a volver a expresar en nuestras comunidades la misma "paciente y diligente" caridad propia de Mornese, que brota del corazón de Dios y que "lo disculpa todo, que confía en todos, que todo lo soporta y que jamás pierde la esperanza".
Queremos ser comunidad de mujeres capaces de tejer vínculos con el estilo del espíritu de familia que sigue siendo para nosotras parábola y profecía para las nuevas generaciones, donde juntas y con las jóvenes seamos Casa que evangeliza.
Antes de la oración final, hicimos algunas propuestas para seguir creciendo en la alegría de ser FMA y signos del Amor a los jóvenes, cultivando la vida espiritual, la fraternidad y la pasión apostólica aún en medio de nuestras pocas fuerzas.
Que nuestra Madre Auxiliadora nos sigan acompañando y fortaleciendo los anhelos compartidos. Muchas gracias.
Sor Rosa Suazo